Perder el trabajo después de los 50 años es una situación complicada a la que se han tenido que enfrentar muchas personas durante estos últimos años, acrecentado con la pandemia que estamos viviendo.

Enfrentar la realidad que, por la edad que tengo, y sobretodo, por el nivel de renta que ostento es muy difícil que me contraten en una empresa, y ahí surge la pregunta ¿qué hacer?, me siento lleno de experiencia que compartir, vigor para seguir aportando a la sociedad pero no me llaman de ninguna empresa, comienzo a llamar a personas de las redes laborales que me he formado, pero los teléfonos suenan y suenan y no tengo retorno, he comenzado a no ir a algunas reuniones sociales por que no quiero que me pregunten por mi antiguo trabajo, no quiero sentirme como el extraño entre la gente que visito, es raro, pero empiezas a crearte tu propio muro de defensa, te preguntas por qué nadie quiere tomar mi experiencia y contratarme en un “trabajo formal”, y uno de esos días te despiertas y dices: tengo una idea, quiero emprender.

«He comenzado a no ir a algunas reuniones sociales por que no quiero que me pregunten por mi antiguo trabajo»

Fortalezas de los emprendedores de 50 años

Cuando una persona de más de 50 años emprende, es consciente de sus necesidades, sabe ser perseverante, posee experiencia y además cuenta contactos generados luego de una dilatada vida laboral, por lo que se convierten en candidatos ideales para emprender.

Por la fortaleza mencionada anteriormente, el financiamiento del emprendimiento es cotizado por las instituciones financieras, pero ojo, lo cotizan a uno como persona natural, pero cuando uno les informa que el emprendimiento ya está formalizado y tiene su RUT e identidad propia, comienzan las dificultades, es que no tienes ventas, que es buena idea pero no sabemos su sustentabilidad en el tiempo, por lo mismo, siempre terminamos avalando como personas naturales el financiamiento de nuestro emprendimiento.

Cuando una persona de más de 50 años emprende, es consciente de sus necesidades, sabe ser perseverante, posee experiencia y además cuenta contactos generados luego de una dilatada vida laboral, por lo que se convierten en candidatos ideales para emprender.

Para emprender hay que prepararse. Pero esto debe suceder se tenga la edad que se tenga. Es decir, una preparación previa y un amplio conocimiento del sector en el que se vaya a emprender son muy aconsejables en todos los proyectos y en todas las edades. En mi caso, armamos un proyecto con amigos de edades muy diferentes, de 30 a 54 años, lo que me ha permitido actualizarme en muchos temas, aprender otros y mantenerme al día en diferentes aspectos que componen el ecosistema del emprendedor.

En realidad este punto es común a todos los emprendedores, pero los que superan los 50 años deben reciclarse. Son personas que no han nacido en plena digitalización, y hay muchas herramientas que no saben utilizar, o no están acostumbrados a trabajar de determinadas maneras. Formarse y buscar expertos en algunas áreas son la solución para que los mayores de 50 años emprendan con éxito. Un buen plan de negocio, en el que se haya realizado un análisis inicial, un plan de acciones y un buen presupuesto, es clave para lograr emprender con éxito a los 50. Aunque también a los 20.

Cristián Ruiz-Tagle – Gerente Comercial Ingeniero en Administración de Empresas, diplomado en la Universidad de Valparaíso. 28 años de experiencia en cargos de jefatura en el sector comercial, financiero y control riesgo de cartera.

Conocimiento de la industria bancaria y sus normativas. Habilidad para liderar equipos de trabajo, generar estrategia, orientado al logro de objetivos, capacidad de negociación, y trabajar en equipo.