Siguiendo con mis reflexiones respecto al emprender después de los 50 años, hoy recordaba cómo solía ser la vida hace unos años, cuando despertabas con la tranquilidad de que ibas a tu trabajo, llegabas a tu oficina, te servías un café, realizabas las labores para las cuales te contrataron, terminabas tu jornada, volvías a tu casa y así día tras día, sabiendo que a fin de mes en tu cuenta corriente estaría depositada tu respectiva remuneración.

Pero cuando decides emprender, esa certeza se transforma en incertidumbre, esa tranquilidad se transforma en un vigilar permanente, el que sin embargo es mucho más satisfactorio, ya que una vez finalizado el día, puedes decir: estoy haciendo lo que quiero hacer.

Algunos creen que los principales problemas se encuentran en el inicio y que, una vez el negocio ha conseguido una determinada estabilidad, se vive con una cierta comodidad, pero eso no es del todo cierto.

Conforme avanzan las etapas del ciclo de vida de los negocios, nos enfrentamos a escenarios comunes, tales como:

Estrés: Esta es una constante que se repite durante varias ocasiones durante el año. En algunos momentos, hay que afrontar una gran cantidad de trabajo y tomar decisiones transcendentales que, no solo afectan a uno mismo, si no que también tienen incidencia hacia todo un equipo y la viabilidad del negocio. Se trata, por lo tanto, de una gran responsabilidad que puede generar momentos de tensión y que es importante manejar de buena manera.

«En algunos momentos, hay que afrontar una gran cantidad de trabajo y tomar decisiones transcendentales que, no solo afectan a uno mismo, si no que también tienen incidencia hacia todo un equipo y la viabilidad del negocio»

Apoyo del entorno: No siempre las personas más próximas ven claro el hecho de emprender. El miedo al fracaso, la inseguridad de no tener un ingreso fijo o la posibilidad de perder la inversión inicial son los puntos que más se repiten en el argumentario de aquellos que apuestan por otras alternativas que definen como más “seguras”.

Captar nuevos clientes: en un mercado competitivo existen distintas empresas que ofrecen un mismo producto o servicio. Por lo tanto, para poder tener un espacio en el mercado, habrá que salir a disputar clientes con empresas que compiten conmigo y que también hacen esfuerzos para generar una imagen de marca atractiva para sus clientes.

Hacer frente a cambios de preferencias: el contexto actual, post pandemia, es muy cambiante y los consumidores, ante la gran cantidad de estímulos que reciben cada día, pueden variar sus preferencias de forma muy rápida. Ello obliga a hacer cambios en materia de marketing o de prestación del servicio que implican contar con una estrategia flexible.

Actores del ecosistema: el emprendedor debe de llegar a multitud de acuerdos con varias entidades: proveedores, financistas, comunidades, entre otras, con las cuales debe buscar relaciones estables, de largo plazo.

Formación de los equipos: el equipo humano es la clave del éxito de una empresa. No es fácil escoger el grupo de colaboradores más adecuado. Son muchas horas juntos y es normal que aparezcan conflictos que hay que solucionar enseguida.

«Espero al final del día, cierren los ojos, con esa mágica sensación de estar haciendo lo que aman y lo que les apasiona»

Podría seguir enumerando factores, pero en fin, estos son algunos tips que les quería entregar, para acompañarlos en su camino, el que espero al final del día, los lleve a cerrar los ojos, con esa mágica sensación de estar haciendo lo que aman y lo que les apasiona.

 

Cristián Ruiz Tagle Quiroz